Los actores malintencionados tienen un impacto devastador en las empresas del mundo digital, lo que resulta en un daño financiero significativo y un nivel de confianza del cliente disminuido. Sin embargo, hay ayuda a la mano para permitir que las empresas minimicen el riesgo.
Durante muchos años, los actores malintencionados han apuntado sin piedad a las empresas que operan en línea, dejándolas susceptibles a ciberataques, violaciones de datos y otras actividades maliciosas, lo que resulta en repercusiones legales, pérdidas financieras y daños a la reputación.
Un tipo común de fraude en línea es el fraude de identidad, donde actores malintencionados utilizan identidades robadas o falsas para acceder ilegítimamente a comunidades, apoderarse de cuentas existentes y obtener bienes y servicios, como tarjetas de crédito y préstamos. No solo las empresas están en riesgo; los clientes genuinos enfrentan la posibilidad de daños financieros y que su información personal sea filtrada.
Descubra investigaciones recientes de empresas que describen los efectos del fraude en línea hoy en día.
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